Caminar junto a una bendición

En 1799, Conrad Reed, de doce años de edad, encontró una piedra grande y brillante en un arroyo que atravesaba la pequeña granja de su familia. La llevó para mostrársela a su padre, un inmigrante pobre, quien no entendió el potencial valor de la piedra y la usó para sostener la puerta. Durante años, la familia pasó caminando junto a ella.

Caminar junto a una bendición

Valentía inusual

En 1478, Lorenzo de Médici, gobernante de Florencia, Italia, escapó de un atentado contra su vida. Sus conciudadanos provocaron una guerra al tratar de vengarse del ataque contra su líder. Cuando la situación empeoró, el cruel rey Ferrante I de Nápoles se volvió enemigo de Lorenzo, pero un acto valeroso de este cambió todo. Visitó al rey, solo y sin armas. Esta acción, más su carisma y brillo, se ganaron la admiración de Ferrante, y la guerra terminó.

Valentía inusual

Al final

A menudo, me conceden el privilegio de liderar retiros espirituales. Dedicar unos días para orar y reflexionar puede ser muy enriquecedor. Durante el programa, a veces pido a los participantes que hagan un ejercicio: «Imaginen que su vida termina y publican el obituario en un periódico. ¿Qué les gustaría que dijera?». Como resultado, algunos cambian sus prioridades, apuntando a terminar bien su vida.

Al final

Un cambio de perspectiva

León Tolstói escribió sobre su visión del campo de batalla desde una colina cuando era oficial de la artillería rusa en 1854: «Es una especie curiosa de placer ver personas matándose unas a otras. […] pasaba horas mirando». Pero su perspectiva cambió al presenciar la devastación en Sebastopol, y escribió: «Entiendes en un instante —y muy a diferencia de antes— el significado del sonido de los disparos en la ciudad».

Un cambio de perspectiva